Un músico ante el führer: reflexiones sobre un dilema ético en el cierre del ciclo Interautor Teatro, 3ra. edición
20 de Septiembre de 2025
Tensión, exilio y un drama histórico que se llevó a escena tras un brevísimo plazo de ensayos. Así se podría sintetizar la experiencia del cierre de Interautor Teatro, con la lectura dramatizada de la obra española Música para Hitler, en la sala Blanca Podestá, de Agadu. Allí estuvo presente el dramaturgo español Juan Carlos Rubio (su coautoraYolanda García Serrano no pudo viajar), la directora uruguaya Valeria Fontán y el elenco que dio vida a los personajes.
Así fue el cierre de este ciclo binacional, gestado entre AGADU y la Fundación SGAE, de España.
Un dilema ético atemporal
La obra, que tiene como protagonista al violonchelista Pau Casals (1876 – 1973), sitúa al espectador en un dilema moral y ético basado en un episodio real. En 1943, a sus 64 años, Casals se enfrentó a la petición de dos oficiales nazis: tocar para Hitler en el décimo aniversario de su elección como canciller de Alemania.
De este modo Música para Hitler presenta a un Casals que, a pesar de su fama, debe arriesgar su vida al negarse a complacer al régimen y mantener firme en sus ideas. La directora Valeria Fontán describió este conflicto como "el encuentro entre dos seres humanos que podría haberse dado en otro contexto con resultados muy distinto" en un aspecto que resaltó como "lo más interesante de la pieza". Para ella, el trabajo con el elenco fue un placer, no un desafío, a pesar de la complejidad del tema, lo que evidencia el valor intrínseco del texto.
Otra complejidad pasó por la ejecución y la puesta en escena, ya que se dispuso solamente de seis ensayos, tal como ocurrió en las otras dos obras del ciclo Interautor. Precisamente por eso es que las obras se ejecutaron en formato de lecturas dramatizadas, manifestación habitual para el teatro, aunque con menos difusión que las puestas en escena completas.
El poder del humor
Rubio y Fontán destacaron la sinergia de la colaboración. La escritura de la obra fue un proceso de intercambio constante entre ambos sin que importase la distancia ente los dos países. "Yolanda y yo nos respetamos mucho... y creo que poníamos en práctica una cosa de la que esta función habla, que es la empatía, y el respeto por el otro", afirmó Rubio. La propuesta, además, implicaba una adaptación de los textos para la lectura uruguaya. De esa manera, el respeto mutuo permitió un proceso creativo tan fluido que hoy en día, ni él mismo puede distinguir qué parte del texto escribió cada uno.
El dramaturgo también mencionó que el teatro, con su capacidad para explorar temas universales, sigue siendo una herramienta fundamental para reflexionar sobre el presente. "Es estremecedor darnos cuenta cómo la negativa de Pau, es la negativa que debiéramos estar dando forma hoy en día ante tantas cosas que están pasando por encima de nosotros", sentenció.
El elenco, compuesto por actores consagrados de la Comedia Nacional como Daniel Espino, Gabriel Hermano, y Lucía Sommer, así como por estudiantes de la EMAD, como Candela Lofiego y Octavio Telechea, fue un pilar para una puesta que ser resolvió en tiempo récord. El trabajo de la directora y los actores permitió que la lectura, que suele ser un formato más estático, adquiriera una calidad cercana a una puesta en escena completa, logrando un "excelente semimontado en muy poco tiempo", según los elogios de Rubio. Esta amalgama de experiencia y colaboración intergeneracional no solo enriqueció la representación, sino que también demostró el potencial de las nuevas camadas de artistas.
Fontán enfatizó que el texto de García Serrano y Rubio es tan vital que la vida ya estaba en él. "El texto está lleno de vida, está vivo... no había que... a veces pasa que son lindas ideas, pero no hay la vida diaria... hay que levantar esa vida, construirla. Acá está dada en el texto", señaló.
Además del drama, los participantes resaltaron la presencia del humor como un mecanismo esencial para abordar situaciones tan difíciles. Según Rubio, "el poder del humor" y de la comedia sirve como "una válvula de escape para poder soportar a veces lo terrible de la vida".
Al finalizar el conversatorio, Juan Carlos Rubio leyó unas palabras de Yolanda García Serrano, quien no pudo viajar. "Qué emocionante es que una sola persona, con sus ideas y su música, nos haya permitido viajar tan lejos, 80 años después del encuentro de Pau con el terror", leyó. El dramaturgo concluyó que la figura de Casals es un recordatorio de que siempre hay "pequeños momentos en los que creo que sí podemos pararnos y negarnos a ciertas cosas".
Este encuentro como cierre del ciclo de este año, dejó en claro que, si bien el teatro sigue enfrentando desafíos, programas como Interautor Teatro son vitales para revitalizar la dramaturgia hispana y fortalecer los lazos entre creadores de diferentes latitudes, ofreciendo un espacio para la reflexión y el arte compartido.
Novedad: Matías Castro
Fotos: Pamela Da Silva